Perfeccionista yo?, jajajaja, de qué me estás hablando??… Sobre el perfeccionismo y otras yerbas…

Mientras pensaba de qué escribir en mi próximo artículo, apareció mi amigo el perfeccionismo… si, si, a esta altura somos amigos porque no pude con él jajaja, es más, diría que a esta altura somos como amigos con derechos, pero bueno, cada uno le pone el rótulo o etiqueta que quiera a su relación con el perfeccionismo.

Podría empezar a escribir horas sobre porque soy tan perfeccionista o porque he llegado al punto en situaciones donde me encuentro bajo una parálisis sobre análisis y termino haciendo nada al respecto y quedándome con las ganas de hacer algo; que a veces por miedo o por querer hacerlo “lo mejor posible” (donde también podemos encontrar algún miedito oculto), no lo hago. Creo que cada un@ podrá analizar el porqué de su perfeccionismo, tal vez te puedo ayudar www.giovaninachirione.com, pero aquí me interesa escribir sobre las cosas que me han ayudado y me ayudan a “gestionarlo”.  Porque no señores, el perfeccionismo no se va jajaja, el perfeccionismo es parte de nosotros y siempre va a salir como ese muñeco que sale de la caja de sorpresas, o como esa llamada de teléfono inoportuna que interrumpe un buen momento que estábamos a punto de disfrutar (quién no ha tenido alguna de esas?, o tal vez era el timbre el que sonó, jajaja).


Estuve mucho tiempo (tiempo cuántico dijera un amigo) “luchando” con mi perfeccionismo, hasta le he dedicado unas cuantas lágrimas. Soy partidaria de que nuestra mejora, en lo comúnmente llamado “habilidades blandas” (soft skills), viene por el lado del autoconocimiento, y atado, considerablemente, a conocernos en como actuamos ante determinados contextos, situaciones y emociones.


Por ende, me he descubierto en ciertas momentos donde el perfeccionismo se ha convertido en una situación de parálisis por análisis, que es cuando uno tiene muchas ganas de hacer algo pero se detiene demasiado en los positivo y negativo de la situación, y “va y viene” cual calesita o hamaca de placita pero no avanza, no logra avanzar…. hasta el punto que he llegado a pisar las puertas de la desesperación.


En esta situaciones me han servido varias cosas; o saltar de la hamaca cual kamikaze y ver que pasa o detener la hamaca y ver que verdaderamente está pasando y dar el próximo paso, y en esto último sería dónde estaría un poco la clave.


En situaciones de parálisis, cual cubito de hielo o iceberg; me ha servido pasar la situación por las 5 preguntas de gestión del miedo (https://giovaninachirione.blogspot.com/2022/06/porque-no-solo-del-deporte-vive-el.html), y en situaciones donde capaz que el objetivo a conseguir uno lo ve, lo siente, lo percíbe muy lejos o inalcazable, me ha servido poner mi energía y mi cabeza en enfocarme en el próximo paso.


A veces nuestro perfeccionismo nos juega una muy mala pasada y donde se ponga compinches con el ego ni les cuento, ufff, jajaja. Queremos tener todo bajo control, todas las variables ante nosotros, todas las opciones y posibles resultados, y etc, etc.  


Siempre voy a la metáfora que una vez una excelente profesora me compartió: 

  • Profe: “vos queres ir de acá de Montevideo a Punta del Este?”

  • Yo: “si”

  • Profe: “ok, pero desde acá a Punta del Este no lo ves, verdad?

  • Yo: “no, no lo veo”

  • Profe: “sabes que son tantos kilometros, sabes que es para el este, que agarras tal calle y tal calle y salís por interbalnearia, después la ruta 9, etc, hasta llegar”

  • Yo: “si”

  • Profe: “en algún punto, más cercano, vas a llegar a ver los edificios de la ciudad pero no desde acá, por ende, enfócate en el próximo paso! No podes esperar (o si podes,  pero no vas a lograr lo que queres) esperar a ver Punta del Este desde donde estás para ir hacia ahí, así que enfócate en el próximo paso; que es eso mínimo que podes hacer para acercarte hacia tu objetivo?”


También pasa cuando queres hacer algo en concreto, en mi caso escribir este artículo, puff, la tal revolcada me dio mi perfeccionismo; “que escribí esto, que pone esto otro y si decís tal cosa o tal otra, eso no porque es una porqueria bla bla bla”.  Tenían que verlo dándome cátedra, que fue lo que hice y estoy haciendo mientras escribo? Abrazándome y “amasando” la frase: “mejor hecho que perfecto”.  Que no quiere decir que hagamos cualquier porquería, sino que tomes una decisión sobre lo que queres lograr y hacelo como salga, después veremos, siempre hay tiempo para mejorar y reinventarse sobre la marcha.  Porque si no es así, aún seguiría escribiendo sin haber publicado nada y si estás leyendo justo ahora, es porque por suerte esa frase me ha ayudado a avanzar, yupi!


Otra frase que es kriptonita para mi perfeccionismo; “poco o poquito es mejor que nada”. No se trata de hacer las cosas mal o cualquier mie… (completa la palabra con las letras que faltan, pista: una letra por punto, jejeje), pero a mi me sirvió para desarmar y desarticular un poco más a mi querido amigo el perfeccionismo.


Por ejemplo, me pasa con los cursos online.  Tenes una x cantidad de videos y me propongo mirar uno por día, y si pasada la semana miré sólo 2, me pongo de un humor, y no necesariamente de perritos cachorros jajaja.  Entonces pienso en todas estas frases y herramientas, y cuando aparece la de “poco es mejor que nada”, cuánta razón tiene!  Por qué? Pensémoslo de la siguiente manera.  Capaz tenes algún libro que queres leer por ahí en la vuelta, imaginate que te propones leer 30 minutos al día, todos los días, llega el domingo y estas haciendo tu balance semanal, y no pudiste leer todos los días, pero si leiste una página por día, bueno, primero que nada, ajustarse a tu realidad de tu “capacidad semanal”.  A qué voy con esto?, a aceptarte que tu capacidad semanal es de una página por día.  Segundo, una página por día son 7 páginas a la semana, si leyeras todos los días, son 30 o 31 páginas por mes, y al año son 365 páginas, seguramente sean más de un libro o un libro muy gordo de páginas si tiene 365.  Esos números no suenan o se ven mejor para tu perfeccionismo? Al mio si, te invito a probarlos, porque lo importante es avanzar.


El perfeccionismo no es malo, sólo no es “sano” cuando nos deja en el mismo lugar y no podemos avanzar, y si queres avanzar; capaz, tal vez, está experiencia y herramientas te sirven de algo, no lo sé, pregúntale a tu perfeccionismo jajajaja


Gracias por leerme y hasta la próxima!!! 

Pd: espero que mi perfeccionismo me deje escribir jajajaja...


Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Cuál es tu receta para la felicidad?... para TU felicidad...

Lo importante no es la carrera sino lo que aprendas en el camino